Buey1901, 1913, 1925, 1937, 1949, 1961, 1973, 1985, 1997.
El signo del Buey (o Búfalo) representa la prosperidad, alcanzada a través de la fortaleza y el trabajo. Una persona nacida bajo este signo será digna de confianza, tranquila y metódica. Trabajador paciente y esforzado, el Buey es rutinario, sabe escuchar y es muy difícil hacerle cambiar de opinión, porque es obstinado y con prejuicios. Pese a ser muy introvertidos, su férrea naturaleza puede convertirles en excelentes oradores cuando la ocasión se presenta. Suele moverse bajo esquemas fijos y respeta la tradición. Sabe que sólo haciendo las cosas como es debido se alcanza un éxito duradero. Jamás confiará en su suerte. El Buey logrará las cosas a través de su tenacidad y dedicación. Es absolutamente digno de confianza, siempre cumple la palabra empeñada. La opinión pública no cuenta para él. Se entregará de todo corazón a la tarea que esté haciendo, y no dejará nada por hacer.
En las cosas del corazón, el Buey puede ser muy ingenuo. No puede llegar a valerse de estrategias de seducción para ganar una causa romántica. No se puede esperar de él poesías ni serenatas. Incluso es probable que sus regalos sean objetos sencillos y sin pretensiones.
Como además son muy tradicionales, serán proclives a noviazgos largos, porque necesitan tiempo para llegar a una relación de suficiente intimidad. Son lentos para reaccionar y revelar sus verdaderos sentimientos. El hombre de este signo puede ser un verdadero caballero pero es capaz de convertirse en un torpe jovenzuelo a quien se le traba la lengua cuando se trata de conquistar a una chica. Pero si te casas con él, jamás te decepcionará, le tendrás a tu lado durante toda la vida. Tal vez no te llene de grandes obsequios pero jamás pasarás necesidades.
La muchacha Buey será una esposa ideal. Te corresponderá a ti tomar la iniciativa. Después de todo, seguramente una persona nacida bajo este signo estará haciendo más de lo que le corresponde.
Son muchas las cosas maravillosas que vienen envueltas en un papel marrón y sin gracia, y una de ellas es el Buey. Ni se te ocurra despreciarlo por la envoltura porque seguramente vale su peso en oro.
El Buey alimenta durante mucho tiempo sus resentimientos. Su memoria es capaz de registrar hasta el último detalle de una ofensa por demasiado tiempo. El Buey insistirá en pagar las deudas hasta el último centavo. Jamás se perdonaría el no demostrar su gratitud de manera tangible. No saldrán de él grandes palabras de agradecimiento. Considera lo que hay que hacer con las acciones más que con las palabras.
Ten cuidado con la paciencia del Buey, porque cuando una persona de este signo pierde los estribos, no pasa inadvertida. No habrá manera de razonar con él. Pero en general, es muy raro que llegue a tal agresividad. Tiene un enfoque materialista de la vida y aunque suele tener exagerado afecto por su familia, también les exige mucho. Usará los logros personales para medir su amor por ellos.
En su peor forma, el Buey es de mentalidad estrecha. Con ninguna consideración por los demás. Sin embargo, se le respeta y quiere por su sinceridad, su falta de pretensiones y la firmeza de sus principios.
Estos nativos concienzudos, hacen las cosas hasta terminarlas. La tenacidad que el Buey lleva en sus genes se extenderá a las generaciones siguientes, aunque no hayan nacido bajo el mismo signo. Su excelente carácter hace de él un constructor de imperios, que tomara todas las precauciones para asegurar la prosperidad y la supervivencia de su linaje. Como jefe de familia, no tolerará ninguna rebelión juvenil. Su vida está construida en torno a su hogar y su trabajo, y preferirá siempre las inversiones estables y a largo plazo. Como es una persona de hábitos conservadores, la poca seguridad le desalienta.
El Gallo será una espléndida pareja para él. Ambos son eficaces y dedicados. Igualmente buena será la unión con la Rata, o la Serpiente, ya que ambas se interesarán profundamente por el valioso Buey.
No le interesará mucho la compañía de la Cabra, la del Tigre, ni el Perro, quienes a su vez no se sentirán bien ante su excesivo formalismo.
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